Pero vamos a lo que también importa cuando viajamos, ¿dónde comer?
Tengo
que reconocer que comimos muy muy bien en Salamanca, y sin gastarnos
mucho dinero, cosa que se agradece. Os recomendaré los sitios donde
estuvimos para que tengáis alguna referencia ;)
Como cafetería estrella para desayunos y meriendas, nos quedamos con
Mandala,
una cafetería en el centro que destaca por su decoración donde todo ha
sido hecho a mano por el padre del dueño, según nos contaron. Lámparas
pintadas a mano, espejos, cactus de crochet, etc.
Como
resultado, un ambiente muy casero y bohemio donde tomarse un café
tranquilamente con una tostada y un trozo de las numerosas tartas que te
llaman desde el expositor. Dos veces fuimos a merendar y dos veces nos
pedimos la misma tarta. Una de chocolate negro que estaba riquísima,
como todas las demás sin duda, y que se convierten en uno de los
reclamos de este lugar.
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Expositor de Mandala. |
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Zumo de naranja, café Mandala y tarta de chocolate negro. |