Valle del Jerte y Plasencia

Como ya os dije, estas Pascuas tuve la oportunidad de disfrutar de una escapada rural al Valle del Jerte y visitar la ciudad de Plasencia. Me gustaron tanto ambos lugares que he decidido dedicarles una entrada para que los conozcais más, y si os animais y teneis ocasión, escaparos hasta allí como hice yo ;)

Fueron cuatro días en Cabezuela del Valle, un pueblecito típico de montaña de esos en los que parece que no pase el tiempo. Era tal y como me esperaba encontrarlo: pequeño, tranquilo, acogedor...Con sus casitas de piedra y sus calles estrechas y empinadas, donde es inevitable sentirse turista, que no extraño. Y si ya esto lo convierte en pintoresco, añádele el río Jerte discurriendo justo al lado y dándole ese encanto especial.

Cabezuela del Valle

Tuvimos la suerte de visitarlo una vez pasada la Semana Santa, así que nos evitamos las aglomeraciones de gente que el buen tiempo y la floración de los cerezos trajeron. Nosotros aún pudimos ver algunos tan bonitos como éste.

Si sois amantes del senderismo, os diré que aquí existen muchísimas rutas que hacer. El paisaje es precioso, de un verde muy diferente al de donde yo vivo.

Rio Jerte

La Garganta de los Infiernos

Como curiosidad gastronómica, os contaré que compré tasajo de cabra. Y direis algunos "¿y eso qué es? Pues igual me quedé yo la primera vez que lo leí en una tienda del pueblo.

Ya habíamos visto la mermelada de cereza, la cerveza de cereza...y unos cuantos productos más hechos a partir de esta fruta tan cultivada en esta tierra. Pero ¿tasajo? Así que estuvimos unos días bromeando con la cosa de qué sería, y prometimos que no nos iríamos de allí sin averiguarlo.

Gracias a su gente, nos contaron de que era como una especie de carne seca, y que lo típico era tomarla de cabra, aunque mucha gente se decantaba más por la de cerdo. Así que decidimos ir a la carnicería del pueblo y allí estaba, el último trozo de tasajo que quedaba, y de cabra! Justo para nosotros :)

Tasajo de cabra

Desgraciadamente se quedó en Madrid. Ya no me cabía nada más en la maleta! Espero que mi catador no esté dando buena cuenta de él. En cuanto venga a verme y lo traiga, pienso montarme un buen aperitivo :D

El último día, y aprovechando que cogeríamos el autobús desde allí a Madrid (mi coche ya no está para tantos trotes) fuimos a Plasencia, donde haríamos noche.

Plaza Mayor

La muralla que rodea el casco antiguo

El acueducto

Lo que más me cautivo de esta ciudad es que apenas a 5 minutos de ella te encuentras de nuevo en plena naturaleza. Grandes extensiones de campo y bosque ideales para huir del agobio de la ciudad y desconectar.

Es algo que veo que ocurre muy a menudo en ciudades de interior, que a pocos minutos que te alejes de ellas en coche te ves rodeado por parajes naturales sin apenas presencia de polígonos industriales, urbanizaciones...

Plasencia me encantó. En un día pudimos ver lo más significativo de la ciudad, sin prisas, y eso que nos llovió. Es todo un placer andar por su casco antiguo, con sus casas señoriales, las catedrales, sus iglesias...

Catedral Nueva

Palacio de Mirabel

Sin olvidarnos del Jerte, por supuesto :) Sus habitantes tienen la suerte de contar con un bonito parque donde reencontrarse con él siempre que quieran.

En lo que a oferta gastronómica se trata, no os faltará sitio donde comer de menú o tapear sea la hora que sea.

Nosotros comimos en el Restaurante Gredos, ubicado en la Plaza Mayor, por recomendación del propietario de la casita donde nos alojamos, y qué buena elección!

Es un restaurante de cocina tradicional pero no por ello sus platos dejan de tener ese toque sotisficado y moderno que tanto nos gusta encontrar. Yo soy bastante maniática cuando voy a restaurantes de este tipo. Soy más de ir de tapas porque me encanta probar de aquí y de allá y puedo elegir cuánto comer, no me siento atada a un plato sólo. Por eso agradezco cuando las raciones son moderadas y adecuadas a una sola persona. Llevo fatal lo de que me pongan platos donde comerían dos personas y que me hacen dejarme comida porque ya no puedo más :(

Esta vez no fue el caso, cosa que agradecí un montón. Por 30 euros mi catador y yo comimos la mar de bien. Yo me pedí un plato de carrilleras en vino tinto y mi catador optó por el menú extremeño, que constaba de un plato de migas de primero, y de segundo caldereta extremeña, un guiso de cordero con salsita que estaba de toma pan y moja. De postre tiramisú y cómo no, tarta de queso ;) Siento mucho no colgar fotos, soy un poco vergonzosa fotografiando platos, pero lo superaré! :D

Esa misma noche, y en la misma Plaza Mayor, decidimos ir de bar en bar probando las tapitas que cada local ofrecía con la bebida.

Primero entramos en el Español, donde os recomiendo no sólo ir a tomar la caña sino a probar sus raciones porque tenía muy buena pinta todo lo de su carta. Nosotros tomamos morro en salsa y casi lloro de lo rico que estaba :P

Luego entramos en la Pitarra del Gordo, donde nos pusieron unas tostas de jamón ibérico muy ricas también.

Y por último, fuimos al Tentempié, el local de moda sin lugar a dudas, y razones no le faltan. Os encantará su decoración interior, con paredes de ladrillo, muebles que parecen sacados de un anticuario...Y qué decir de su carta! Tiene un montón de tapitas y raciones a cual más tentadora, muchas de ellas aptas para vegetarianos y celiacos.

Yo me había informado previamente de este sitio, y una cosa tenía clara: no me iba a ir sin probar su tapa Donut. Se trata de un mini donut relleno de morcilla, queso de cabra y confitura de piquillo. Simplemente delicioso. Me lo estaba acabando y ya quería repetir. Nos pedimos también unos huevos rotos con chistorra que os recomiendo si vais, estaba muy buenos.

Foto sacada de Tripadvisor

Aquí os dejo una web que consulté donde teneis un resumen muy útil de sitios interesantes donde tapear en Plasencia: Donde tapear en Plasencia.

Y hasta aquí mi viaje por tierras extremeñas. Espero volver algún día y conocer más esta tierra que tan poco conocía y que ahora que he descubierto, me ha dejado muy buen sabor de boca :)