Conejo en salsa

¡Cómo pasa el tiempo! Qué poco falta para que se acabe el verano para mí: el de las vacaciones, los viajes, los domingos sin pensar que mañana hay que trabajar, las siestas, las largas noches sin dormir o los desayunos sin prisas. Pero se va con un buen sabor de boca. Cuando llega septiembre siempre miro atrás y hago un balance de cómo han sido estos dos últimos meses, y debo reconocer que ha sido mejor de lo que me esperaba, un verano de no parar, como me gustan, intentando pasar el máximo tiempo posible con la gente a la que más quiero, y dejándome recuerdos de muchos momentos especiales.

Ahora toca hacer las maletas (otra vez), y despedirme (otra vez) de mis padres, pero espero que también sea por poco tiempo, ellos saben que siempre que puedo me escapo y vengo a verles. 

Entre todas las cosas que me llevo conmigo, siempre hay una bolsa llena de tuppers con comidita hecha para la semana, así nada más llegue del trabajo sólo tengo que calentar y listo, y no veáis como se agradece! En uno de esos tuppers viajará este conejo en salsa que os presento hoy. Rico rico como siempre está el conejo, es una de mis carnes favoritas, junto con la de pavo, además de ser una de las que menos grasa tiene. Es un plato estupendo al que acompañar con un poco de pisto o unas patatas, y gracias a su salsita queda jugoso y nada seco. Espero que os guste y os veo en el siguiente post!

Ingredientes:

1 conejo entero
Aceite de oliva
Tomillo
Romero
Orégano
Perejil
Pimentón picante
Cúrcuma
6 dientes de ajo
Vino blanco
1 pastilla de caldo de carne

Elaboración:

Limpiamos y troceamos el conejo. En una sartén echamos un chorrito de aceite de oliva y sofreimos el conejo a fuego medio. Le añadimos las especias y los dientes de ajo partidos por la mitad y con piel para evitar que se nos quemen. En cuanto se dore, bajamos el fuego y vertemos un chorrito de vino blanco. Dejamos que se evapore a fuego fuerte y cuando veamos que se esté consumiendo, añadimos una pastilla de caldo de carne y 2 vasos de agua. Tapamos y dejamos a fuego lento unos 45 minutos que será cuando comprobaremos si el caldo ha reducido. Podemos dejar unos 15 minutos más dependiendo de cuánta cantidad de caldito queramos que quede. Apagamos el fuego y servimos.